Quedas con tu ex tras varios años sin veros.
Compartís confidencias ligeras,
cosas banales,
un viaje a Tailandia,
cosas banales,
un viaje a Tailandia,
tu vuelta al deporte,
su insólita afición por la pintura.
su insólita afición por la pintura.
Habláis sin ningún rastro de emoción,
sin permitir que se muevan los sentimientos.
sin permitir que se muevan los sentimientos.
Pero tras un rato y un par de cervezas
se destensa la cadena de lo correcto
y ambos bajáis la guardia,
entrando en terrenos inciertos.
y ambos bajáis la guardia,
entrando en terrenos inciertos.
Y os permitís hablar,
sin dar mucho detalle,
sin dar mucho detalle,
de aventuras breves,
de los amores fallidos de estos años.
de los amores fallidos de estos años.
Y lo uno lleva a lo otro al declarar
que esto que sucedió con esa historia pasajera
no es más que el fiel reflejo de lo que pasaba entre vosotros,
que esto que sucedió con esa historia pasajera
no es más que el fiel reflejo de lo que pasaba entre vosotros,
y así, sin más, aflora el torrente de palabras,
emociones, cosas no dichas, disculpas atrasadas,
y empieza a flotar entre vosotros
una mezcla extraña de perdón y arrepentimiento,
de antiguo amor y ganas de lo nuevo,
y se cruza por vuestra cabeza esa pregunta
y se cruza por la mía esta otra:
¿Estás seguro de querer volver a abrir esa puerta?
emociones, cosas no dichas, disculpas atrasadas,
y empieza a flotar entre vosotros
una mezcla extraña de perdón y arrepentimiento,
de antiguo amor y ganas de lo nuevo,
y se cruza por vuestra cabeza esa pregunta
y se cruza por la mía esta otra:
¿Estás seguro de querer volver a abrir esa puerta?
(Texto de mi libro "Los amores imparables")